domingo, 24 de marzo de 2013

CUANDO LA COLA... ES LA COLA

En toda etapa de nuestra vida, en algún instante nos hemos visto presos de aquella sensación de angustia cuando dejamos para último momento algo que debíamos y teníamos que hacer. Por ejemplo en la época escolar, cuando no hacíamos una tarea a tiempo o cuando estudiábamos recién antes de empezar algún examen. Con el tiempo nos volvemos alguito flojos o irresponsables y nos apropiamos de una pésima y mala costumbre de dejar las cosas para último momento, como el pago de recibos por servicios de agua, luz y teléfono, o entrega de documentos, o trámites tan importantes como gestionar duplicado del documento de identidad días antes de alguna elección electoral.

Hace más de un mes mi mejor amigo prácticamente me puso en bandeja todos los datos necesarios para poder hacer un trámite ante una conocida AFP, trámite que requería tan sólo unos minutos de mi tiempo y que por negligencia iba postergando conforme pasaban los días. Uno siempre piensa: "lo haré después, tengo tiempo", pero no piensa en que se pueden presentar inconvenientes que compliquen hacer el trámite a última hora, como lo ocurrido con el sistema tanto vía web como telefónico de las AFP que en los últimos días colapsaron por saturación de miles de personas que al igual que yo, esperaron el último momento para hacer el trámite.
Al ver en noticieros las tremendas colas que habían en cada AFP para poder realizar el trámite de elección de comisión y estando tan próximo a vencer el plazo para hacerlo, decidí acudir lo más temprano posible. Me desperté a la misma hora del canto del gallo y cuando llegué a San Isidro me dí con la sorpresa de que no fui la única que pensó lo mismo, ya había una cola kilométrica de personas. A pesar de la sugerencia y advertencia que hizo mi amigo de llevar copia de mi documento de identidad, cuando llegué me di cuenta de que la había dejado olvidada en casa, por lo que tuve que dejar mi sitio de la cola en reserva y salir a buscar un lugar de fotocopias. Felizmente que por entrenamiento en el gimnasio mis piernas están en forma y pude hacer la caminata a la velocidad de un chasqui.

Cuando eres parte de un grupo de personas que esperan su turno en una cola tan pero tan larga como en la que yo estaba, cualquier cosa puede suceder, desde los infaltables vendedores de cola, pasando por los vendedores ambulantes, hasta las personas que con frescura y viveza criolla se sampán sin importar la lluvia de insultos y dardos que les cae por ello. Yo estaba aproximadamente en el lugar número 150 de la cola, cuando de pronto, 40 personas más atrás empezaron a pifiar y gritar a dos mujeres que se habían metido a la cola gracias a una tercera mujer que ya estaba allí. Los gritos no cesaban y la cola seguía avanzando, de pronto se escuchaba en coro: que saquen a "la de verde y la calata", por las dos mujeres ya que una llevaba una blusa verde y la otra un polo strapless.
Mientras tanto, 80 personas más adelante una señora no aguantó el calor sofocante, ya que hacíamos la cola de pie al sol en plena calle , y cayó al suelo desmayada, felizmente que salieron a atenderla y la verdad no sé en qué estado terminó la pobre. Delante mío había otra señora bastante mayor muy mortificada porque hacía cola para su hija a la que no le daban permiso para salir de su laburo y hacer el trámite, por lo que ella llegaría tan sólo para entrar y salir. El detalle de la madre abnegada era de que no había tomado desayuno, estaba de pie más de 3 horas, la cola avanzaba, perdía turnos y su hija no llegaba. Una sensación de angustia se apoderó de mi, así que le pedí cuide mi sitio y fui en busca de algo de comer para ella, así que unas galletas y un jugo fue lo que pude brindarle y la lluvia de sus bendiciones me reconfortó tanto como si fueran de mi propia mamuska.

Al poco rato apareció una señorita de la AFP repartiendo tickets y la cola se convirtió en algo así como la barra brava de algún equipo de fútbol, pifias, gritos, mal humor, requintadas y hasta lisuras!!!... yo estaba espantada pues temía lo peor. Al fin me entregaron el ticket de atención y estaba más tranquila, pero inmediatamente se escuchaba el laberinto y enfrentamiento de las personas que seguían peleando y reclamando a "la de verde y la calata". Un señor maduro, bastante atractivo y super ejecutivo, hacía cola dos personas más atrás de "la de verde y la calata", con toda elegancia y educación que cegaba a la vista, se dirigió a la señorita de la AFP y con una voz grave y varonil le dijo: "señorita buenos días, por favor le agradecería que ponga orden en la cola... YA QUE ESTE PAR DE MUJERES HAN VENIDO A METERSE EN LA COLA SIN RESPETARLA Y ZURRARSE EN NUESTRA CARAAAA".... Está demás explicar que esas mayúsculas fueron tremendos gritos del apuesto e interesante señor, y por consideración a mis lectores he obviado las lisuras que dijo... una muestra más de que cuando uno está cansado, con calor, hambre, sed y cansancio, la educación se va al tacho y puede perder los papeles!!!... más aún si tienes delante a "la de verde y la calata".... 
Después de tanto esperar al fin pasamos en un grupo de 15 personas a las que nos sentaron en una sala y nos dieron las explicaciones del caso para el llenado del formulario. Nos entregaron unas tablillas para apoyar y lapiceros, junto con una botella de agua con el logo de la AFP. La señora que nos daba las indicaciones era algo mayor y tenía cara de cansancio, imagino que no debe ser fácil atender a tantísimas personas casi al mismo tiempo y todo el día. Ella hizo hincapié a cada instante sobre la exigencia de detallar el tipo de documento de identidad, en este caso el "DNI" y había que escribirlo. Cuando terminaron las indicaciones y mismo salón de clase con alumnos a punto de rendir examen, empezamos a llenar el formulario en total silencio, cuando de pronto me di cuenta de que me había equivocado!!!... especifiqué el tipo de documento pero no ví que había otro recuadro para poner el número y coloqué ambos en un mismo casillero.

Levanté la cabeza y pedía ayuda con los ojos, la señora estaba con cara de sargento y de pronto una dulce vocecita rompió el silencio casi sepulcral y dijo: "disculpe, qué pasa si en el recuadro donde había que especificar DNI también se pone el número?". Las 14 personas a mi alrededor me clavaron la mirada y la señora con cara de sargento me miró con cara de asesina!!!... me abrió los ojos y me entregó un formulario nuevo, yo quería que la tierra me tragara por haberme equivocado en algo tan absurdo. La verdad que el trámite tomó algo de 8 a 10 minutos pero para ello tuve que hacer una cola tan pintoresca de casi 2 horas y media. Lástima que nunca supe en qué terminó el problema con "la de verde y la calata". Todo lo ocurrido nos vuelve a dar una lección de que debemos escuchar consejos, recomendaciones y "no debemos dejar las cosas para hacerlas a último momento"... Mientras tanto, debo reconocer públicamente que mi mejor amigo estaba en lo cierto y debo decir una vez más que..."siempre tiene la razón"!!!.... :D

lunes, 18 de marzo de 2013

CON LOS CACHETES AL VIENTO

No hay mujer sobre la tierra a la que no le guste usar y lucir un bonito vestido o una coqueta falda, yo soy una de ellas. La altura y la forma de las faldas y vestidos es muy variante de acuerdo a la estación y a la moda, lo mejor siempre es buscar la comodidad pero sin dejar de ser femenina, coqueta, elegante y sexy. Llevar faldas o vestidos siempre destaca la presencia femenina en cualquier lugar, pero el saber lucirlas al caminar, por lo general con zapatos de taco alto, es todo un arte. Sin embargo, siempre habrá un infiltrado que nos jugará una mala pasada y nos hará vivir las más increíbles aventuras, anécdotas, humoradas y hasta pesadillas!!!... nada menos que el bendito viento...

Recuerdo que hace muchos años, cuando recién empezaba mi vida laboral, caminaba por la calle Juan de Arona en San Isidro, llevaba una falda negra modelo "campana" que se usaba en esa época, sujetando bien la cartera para evitar ser sorprendida por los amigos de lo ajeno sentí de pronto un ligero golpe en la nuca, como si alguien me hubiera lanzado una toalla o un polo, y un viento helado invadía mis piernas, mi falda era tan vueluda que no me había percatado que el viento travieso la había levantado hasta mi nuca y la llevaba como capa de super héroe!!!... Los autos sobre paraban, un concierto de claxones aturdían el momento tan confuso, hasta que se escuchó un: "que rico calzoncito" a todo pulmón... sin querer había estado caminando con mis cachetes al aire en plena hora punta... ya se imaginarán que no sólo me puse roja, sino que parecía arbolito de Navidad con tantos colores en el rostro.

Pero así pasa cuando sucede y por lo general eso es lo que sucede!!!... En otra ocasión, estaba llegando al Centro de Convenciones de un conocido hotel donde tenía una actividad del laburo. La moda iba cambiando y la altura de los vestidos subiendo, así como también subió de improviso mi vestido hasta el cuello cuando bajando del auto traté de llegar hasta el lobby en medio de un viento algo caprichoso... Aquella vez llevaba en las manos unas cajas con placas de plata recordatorias que tenía que entregar, por supuesto que no podía lanzarlas al aire para poder bajar mi vestido y cubrirme, tan sólo parecía una loca de atar gritando y dando vueltas en círculo para tratar de que el viento me dejara en paz y evitar que los botones, los del valet parking y demás público en general se ganaran con mi show gratuito!!!

En el matrimonio de una amiga me pasó algo mucho más vergonzoso, por lo general siempre las chicas tenemos problemas con la larga cola en el baño del local donde se hacen las recepciones de matrimonios, es como si a todas se les antojara hacer la pila justo en el mismo momento que a uno. Por el apuro y por no perderme de ninguna pieza de baile, entré al baño y salí tal cual rayo veloz, caminaba y todos me miraban con demasiada insistencia, por supuesto que pensaba y me decía: "wowwww si que estoy despampanante", hasta que sentí un par de manos que me tocaron la cintura y alguien que prácticamente me detuvo y me abrazó por detrás, era una amiga que se percató que tenía algo de la parte de atrás de mi vestido dentro de las pantys, una vez más caminaba con mis cachetes al viento... 

Otro día estaba en el Circuíto de Playas ya casi para subir al auto y me distraje con un grupo de prensa de un canal conocido que hacía un reportaje sobre la radiación del sol sobre la piel, yo tan sólo me puse un pequeño pareo en la parte de la cadera, estaba con un bikini blanco algo bastante pequeño, cuando de pronto el viento travieso apareció nuevamente y mi pareo voló como si fuera una cometa... Como estaba ubicada muy cerca a la pista volteé de golpe para no quedarme en hilo dental cuando de pronto pasó un auto y los 4 ocupantes, todos varones, gritaron en coro: "que abusivaaaa, mamacitaaaa"... de pronto el público y el equipo de prensa clavaron su mirada sobre mi... y yo por supuesto me achiqué y dije: "tierra trágame!!!".... :D

Hace un par de meses, saliendo de hacer compras en un conocido supermercado cerca a mi casa, esperaba a que venga un taxi de los que brindan servicio dentro del parqueo, pero como demoraban mucho y tenía prisa, cogí como 4 bolsas en cada mano y empecé a caminar hacia la puerta de salida en plena avenida, allí de hecho conseguiría un taxi de inmediato. Estaba por llegar a la vereda cuando el bendito viento travieso hizo conmigo lo que quiso, terminé con mi vestido en la parte de adelante como babero y en la parte de atrás como mochila.... y yo con las dos manos ocupadísimas!!!. Esa tarde inventé una nueva coreografía y rutina deportiva, salté, giré, movía la cintura y la cadera, me levantaba y me agachaba, por supuesto que bajo una melodía de gritos desesperados al verme nuevamente con mis cachetes al viento y en plena avenida Primavera...de alto tránsito. 
Pero de todas las veces en que mis cachetes se lucieron en plena calle, hay una que fue la más increíble y que por alguna razón es una de mis más queridas anécdotas. Era pleno invierno y yo estaba en el laburo, había un trabajo urgente que entregar para entrar a una licitación cuando de pronto me quedé sin tinta en la impresora. Estaba de visita en la oficina un ejecutivo amigo del jefe, un yupi de los que se les ocurre salir a trabajar con alguno de sus juguetes de turno, en aquella ocasión estaba con una moto pistera gigante. El tiempo apremiaba y había que ir a comprar los cartuchos de tinta así que él se ofreció a llevarme en la moto. Un pánico me invadió ya que no tengo muy buenas experiencias en moto, pero la responsabilidad al trabajo pudo más y tuve que armarme de valor. Me puse el casco adicional y trepé en la moto prendida de uñas, manos, brazos y casi parecía un tatuaje en la espalda del piloto.

Todo iba bien hasta las 3 primeras cuadras, cuando de pronto aceleró un poco más y yo casi muero de un infarto!!!. No sólo sentía pánico de salir disparada de la moto si cometía el error de soltarme, sino que para mi mala suerte la falda que llevaba puesta se infló como paracaídas y salió disparada hacia arriba terminando en mi espalda como capa de super héroe. Yo gritaba como loca mientras la moto entró a la Av. Benavides y bajó por el paso a desnivel que hay cruzando el Ovalo de Higuereta para subir nuevamente ya en Surco. Parecía una estatua petrificada en la espalda del piloto, avanzamos unas cuadras más y dimos vuelta para llegar a la tienda. Cuando bajé el señor inocentemente me dijo: "Vickyta que manera de gritar", y mi reacción apenas puse un pie en la vereda fue agarrarlo a golpes!!!... él no se había dado cuenta de lo que me había pasado, me había estado exhibiendo en botas de taco alto, medias negras con encaje, portaligas y diminuta bombacha... una loca gritona bien sexy no?. Luego que compramos los cartuchos de tinta regresamos en la moto pero esa vez me puse la falda como pañal y no me importó arrugarla y atarla para que no se escape nuevamente con el viento.

La verdad que las veces que me he quedado con los cachetes al viento han sido muchas más, antes no habían teléfonos celulares con cámara, y las probabilidades de que las personas anduvieran con sus cámaras fotográficas eran pocas, pero ahora la cosa es distinta. Estoy segura que muchas personas recordarán mi cara de pánico gritando en plena Av. Benavides, yo si recuerdo haber pasado entre autos, buses y combis, el episodio no duró segundos sino minutos y muchas veces me pregunto si algún ocioso sacó su celular y me tomó foto o grabó mientras yo iba haciendo pasarela de lencería en moto. Ahora parece gracioso pero en su momento para mi fue terrible y vergonzoso.... mientras tanto el viento travieso seguirá haciendo de las suyas y buscando nuevas víctimas para juguetear a su antojo con las faldas y vestidos de damiselas indefensas como yo... pero si alguien me reconoce en algún video o fotografía ambulante, no duden en avisarme!!!... siempre quise saber cómo se veían mis cachetes al viento!!!  =D

miércoles, 13 de marzo de 2013

LA PESADILLA DE UNA VISITA INESPERADA

Siempre he escuchado aquella vieja costumbre o leyenda de que cuando llega a casa una visita inesperada o desagradable y quieres que se vaya pronto, debes poner una escoba de cabeza detrás de la puerta. Lamentablemente anoche tuve la peor y más repugnante visita inesperada. No es la primera vez que veo a alguien de su familia, la mayoría de veces siempre me ha sorprendido su presencia, me he asqueado de tan sólo verla, me ha hecho ejercitar a todo grito la capacidad de mis pulmones, he entrado en pánico a tal punto de casi treparme sobre otra persona y me hace vivir una pesadilla que me quita el sueño y dura por horas, días, meses y años...

Hace unos meses le dedique exclusivamente una de mis crónicas a uno de los parientes de mi visita inesperada (ver crónica en: http://vickymayo.blogspot.com/2012/10/encuentro-cercano-con-el-senor-raton.html) y como ya saben, este tipo de visita es aquella que ingresa a tu casa en el momento que se le da la gana, sin ser invitada, sin tocar el timbre, sin pedir permiso y encima tiene el descaro de decidir en qué momento se va. El pánico que tengo es de tan sólo pensar en que la visita se emocione tanto al verme que no se controle y se me lance encima hacía alguna parte de mi cuerpo, de tan sólo pensarlo se me escarapela la piel... huácala!!!

La otra noche, luego de la jornada del día estaba a punto de irme a dormir cuando se me antojó tomar una taza de leche con chocolate. Era casi media noche y todos en casa ya dormían, incluyendo a mi fiel Noggyto. No sé si es mala suerte o tengo un imán para encontrar bichos, pero en verano y viviendo en primer piso es inevitable que al entrar a la cocina en horas de la madrugada encuentre ocasionalmente alguna pequeña cucarachita tratando de hacer shopping, sin éxito claro está. Cuando abrí la puerta de vaivén de la cocina y prendí la luz me detuve a barrer con la mirada todo a mi alrededor para ver si el camino estaba libre y así fue, salvo una mancha en el suelo que me hizo titubear. 
                                             
Al acercarme ligeramente no distinguía bien si aquella manchita podría salir corriendo, así que como a estas alturas del partido ya tengo falla de imagen en los faroles, digo en los ojos, fui por mis anteojos para poder ver mucho mejor. Me agaché un poco más cuando de pronto, de abajo de uno de los muebles reposteros empotrados, salió corriendo una zapatilla talla 43 con una cola incluida del mismo largo, casi muero de un ataque fulminante. Era una señora rata, la mamá de pelicotito!!!... jamás en mi vida había visto una de esas "visitas inesperadas" tan de cerca y mucho menos con tanta nitidez al tener mis anteojos puestos.

Apenas la ví mandé un grito ahogado y salí disparada a la velocidad de un auto Fórmula I, la nubecita de humo que deja el Correcaminos en cada episodio quedaba chiquita con la que yo dejé. Entré a mi habitación despavorida y me trepé sobre mi esposo quien dormía plácidamente en la cama, hasta que totalmente histérica, alborotada y fuera de control le trataba de decir que había una visita tamaño zapatilla en la cocina. Que sensación tan horrible y espantosa, era como sentir que podría subirse a mi cuerpo o saltar a mi cara o que sé yo. Cuando mi esposo se fue a la cocina yo me encerré en la habitación y hasta puse una toalla por debajo de la puerta por si acaso vaya a intentar ingresar por allí, ya que al no tener huesos pueden filtrarse por cualquier rendija o ranura con facilidad.
Como salí disparada de la cocina tan sólo logré ver que la repugnante visita salió corriendo hacia el cuarto de servicio, lo peor fue de que mi esposo no logró encontrarla y a mi Noggyto ni le interesaba ayudar a buscarla porque seguía durmiendo a cuatro patas sueltas durante todo el bolondrón. Esa noche no pude dormir, no podía borrar aquella imagen de mi mente y me pasé la noche en vela. Al día siguiente y ya de mañana volvieron a buscarla pero ni rastro de la bandida. Yo por supuesto prendida de uñas y pies del marco de la puerta me rehusaba a entrar a la cocina, pero había que preparar el desayuno... menudo problema... 

Ha pasado día y medio desde lo sucedido y no aparece el cuerpo ni vivo ni muerto, es como si se la hubiese tragado la tierra. Ayer no cociné y tampoco lo haré hoy, estoy presa del pánico, aunque mi Tribu me toma el pelo y me dice que mejor pretexto no pude encontrar para no cocinar!!!. Pero lo cierto es que la sensación de que está por allí es latente, no puedo evitar caminar mirando cada rincón, al más mínimo ruido detenerme y quedarme quieta al acecho, si se cae algo a mi costado vuelo en el aire y termino prendida de las uñas en el techo. Espero poder dormir esta noche. Dicen que la escoba de cabeza detrás de la puerta echa pronto a tu visita de la casa, así que yo he puesto la escoba, el trapeador, la lustradora y hasta el recogedor de yapa!!!... ¿Será que funcionó y dio resultado???... A saber!!!  :D 

lunes, 11 de marzo de 2013

MI PROBLEMA CON LA BOTELLA


La bendita botella, aquella que en sus diversas formas, materiales, colores y tamaños nos ayudan a mantener, conservar y llevar diversos líquidos que son parte de nuestra vida diaria. ¿Quién no se ha aferrado a una botella desde su chiquititud?, el biberón fue nuestra primera botella y con el tiempo fueron evolucionando de acuerdo a nuestros gustos y necesidades. En lo personal, soy fanática de las botellas que contienen perfumes y colonias, que en realidad vienen a ser frascos, pero cumplen el mismo cometido; luego sigue la botella de agua, la de bebidas gaseosas y por último la infaltable botella de vino!!!... mi favorita en los momentos de una buena cena, celebración, fiesta y diversión... :D

Me encanta ejercitar en el gimnasio, no me pierdo de mis clases diarias de baile, las eventuales de spinning y las infaltables de full body, pero como toda persona que acude a un gimnasio, luego de hacer la rutina diaria de pesas y máquinas para fortalecer el cuerpo, es necesario tomar una ración de proteínas para complementar la alimentación, de modo que protejamos nuestros músculos y tejidos después de entrenar con peso y a presión. 
El sábado luego de una super y divertida clase de bailetón aproveché de hacer mi rutina de pesas y máquinas. Al terminar y como es costumbre fui a la cafetería del gym para pedir que preparen mi ración de proteína con jugo de plátano y leche, pero resulta que la señora que atiende se había ido más temprano y no había otra persona que lo pudiera preparar. La proteína en polvo tiene la consistencia de la maizena o harina, no es granulada, por lo que el manipularla es algo complicado y para tomarla debe ser licuada o batida con algún líquido. 

Como yo pensaba tomar mi proteína con jugo, no había llevado ningún envase aparente para prepararla y batirla por mi cuenta, así que no me quedó de otra que utilizar lo que tenía a mano. Tan sólo contaba con mi botella de agua, aquella con el pico tan pequeño como las de bebidas gaseosas, utilizando un volante publicitario que acababa de recibir se me ocurrió hacer un embudo y eché la proteína en polvo. Cuando empecé a golpear ligeramente la botella para que caiga la proteína, ésta salió volando como si fuera truco de mago y resulté ligeramente empanizada, como filete apanado listo para la sartén.
Como lo estaba haciendo en la mesada de los lavamanos, tenía espejo de par en par frente a mi así que no pude evitar reírme solita a carcajadas de ver mi cara y ropa llena de polvo blanco, parecía una chiquita jugando con talco o una principiante en la repostería. Luego de tratar de recoger la proteína recuperable, volví a hacer el intento de echarlo en la botella a través de mi tecnológico embudo hecho con ingeniería de punta... con mucha paciencia y bastante tiempo logré hacerlo. 

Pero no todo estaba dicho, por distraída y apurada no cerré bien la tapa rosca de la botella y al agitarlo para batir su contenido con el agua, al cuarto sacudón salió disparado en dirección a mi cara, cabello, cuerpo, paredes y piso... todo era un desastre!!!. No es difícil imaginar lo que veía en el espejo, parecía que alguien me había agarrado a matachola en plenos carnavales y encima con agua, embarrada, pegajosa y lo peor de todo, sin tomar mi  dosis de proteína... 
  
La verdad que lo sucedido fue muy gracioso y anecdótico, divertido y vergonzoso, lo que me apenó fue de que lamentablemente le dí más trabajo a la señora de limpieza y yo terminé media hora bajo la ducha. Felizmente que a ninguna de las chicas que entraron al baño se les ocurrió tomarme una foto, eso hubiera sido desastrozo!!!... pero queda de moraleja que nunca intenten hacer esto en casa, si no tienen el envase adecuado ni un verdadero embudo, es mejor esperar llegar a casa para batirlo en la licuadora antes de pensar en llenarlo por el angostísimo pico de una simple botella de agua... lección aprendida!!! :D

domingo, 10 de marzo de 2013

UNA ENCERRONA EN EL BAÑO

Cuando las amigas se reúnen y deciden salir de shopping, las calles de la ciudad se alborotan, el tráfico se congestiona, los centros comerciales tiemblan, las redes sociales se saturan, las líneas telefónicas colapsan y cualquier cosa puede pasar durante las horas de aventura, tertulia y diversión. No siendo ajena a esta brevísima descripción, el sábado me reuní con dos amigas: una alta y otra bajita, decidimos ir de shopping y arrasar con la probadera de ropa y zapatos. Una vez que las tiendas anuncian que están próximas a cerrar es momento de pensar en ir a comer algún antojito y de paso darle una tregua a nuestros pobres y agotados pies para que descansen de tanta caminata. 

Las tres decidimos ir a comer a un conocido restaurante ubicado en el mismo centro comercial donde estuvimos de shopping. Pedimos una mesa algo apartada del bullicio y nos sentamos en la mejor ubicación. Para suerte nuestra nos tocó un mozo super atento y nos atendió de inmediato, se apiadó de nosotras que estábamos lánguidas y sedientas. Luego de una deliciosa cena y una amena tertulia ya era momento de regresar a casa, cuando a la más bajita de mis amigas se le ocurrió ir al baño antes de salir, mientras que mi otra amiga y  yo nos quedamos en la mesa con los paquetes de las compras.
                                     
Al cabo de un tiempo bastante prudencial nos percatamos que nuestra amiga la bajita demoraba demasiado en salir del baño. Pensamos que tal vez recibió una llamada y se entretuvo hablando por el celular, pero ella había dejado su teléfono sobre la mesa. También se nos cruzó por la mente que quizás había tenido alguna indigestión y problema estomacal. Hacíamos conjeturas y ya estábamos a punto de ir a buscarla cuando al fin la vimos aparecer, venía con cara de puchero sufriendo con una uña rota y nos dijo: "me quedé encerrada en el baño"...

En el momento pensamos que nos hacía una broma, pero su relato fue muy gracioso y convincente. Ella había entrado a uno de los cubículos dentro del baño de damas pero al momento de querer abrir la puerta se dio con la sorpresa de que el seguro estaba atascado y tratando de palanquearlo se rompió una uña. Empezó a gritar pero el baño estaba alejado de nosotras y no pudimos escucharla. Desesperada por salir de ese cubículo y sabiendo que era tarde, decidió tirarse al suelo y tratar de salir gateando o reptando por el espacio libre debajo de la puerta. 
Nos comentó que cuando ya estaba con medio cuerpo afuera sintió que alguien abría la puerta principal del baño de damas y en lugar de pedir ayuda ella se avergonzó y retrocedió nuevamente al cubículo. Mientras la escuchaba atenta trataba de imaginar cómo había hecho mi amiga bajita y de muy "generosa pechonalidad" para poder pasar por el poco espacio libre debajo de la puerta, prácticamente tuvo que estar echada en el suelo para poder salir... y para su mala suerte ese día estaba con vestido!!!... 

No pudimos evitar reír a carcajadas y tomarlo como una humorada, pero la experiencia debe haber sido espantosa para ella. Felizmente que nunca me he quedado encerrada en un baño, pero lo sucedido me hizo recordar una pequeña travesura que ocurrió en mi primer laburo hace muchos años atrás. Era la época en que algunas chicas llevaban a la oficina maletas con ropa importada de EE.UU. y era la hora de refrigerio la ideal para probarnos cada una de las prendas. 
Mi Jefe se había ido a almorzar a su casa, así que su oficina era la más adecuada para que las chicas podamos probarnos la ropa con tranquilidad y comodidad. Estábamos en plena cambiadera cuando un compañero de trabajo nos tocó la puerta con apuro y dijo: "ya regresó el jefe". Con el nerviosismo de que el jefe nos encuentre a medio vestir todas las chicas salieron despavoridas y yo atrás de ellas, cuando de pronto la puerta que estaba con el pestillo puesto se cerró. Me había quedado sin zapatos y vestida con ropa que tenia colgando las etiquetas de la marca. El chico de la broma se reía a carcajada limpia mientras que yo me puse pálida cuando me di cuenta de que la llave duplicada de la oficina de mi jefe también se había quedado adentro, al igual que mis zapatos, mi propia ropa y el resto de prendas que llevaron para la venta. Todo regado sobre su escritorio, sillones y las butacas de visita. 

Estaba a punto del colapso cuando el chico de la broma se empezó a preocupar y como buen ingeniero, se las ingenió para utilizar un cuchillo de mesa y meterlo por la ranura entre las hojas de la ventana de la oficina del jefe. Con astucia y mucha paciencia empezó a palanquear suavemente el pin del seguro para que vaya resbalando y así fue, el seguro cedió y oh maravilla... las ventanas corredizas se abrieron de par en par!!!. El se metió por la ventana y logró abrir la puerta. Con lo sucedido quedé curada del susto y por supuesto que jamás volví a hacer tremenda travesura, producto de la irresponsabilidad de la inmadurez de aquellos años. Mientras tanto, y teniendo como ejemplo lo sucedido a mi bajita amiga, ya he pensado y elaborado mi Plan B de emergencia en caso de una encerrona en el baño... uno nunca sabe cuando lo vaya a necesitar!!! :D

viernes, 8 de marzo de 2013

FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

El Día Internacional de la Mujer rinde tributo a la lucha constante de la mujer por su participación activa, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad, en lo profesional y en su desarrollo íntegro como persona. La primera convocatoria se dio en 1911 en Alemania, pero fue en 1977 que la Asamblea General de la ONU declaró como fecha oficial el 8 de marzo. 

La mujer, aquel ser tan dulce, femenino, sexy, sensual, tierno, delicado, frágil, bello... del que dicen "es el sexo débil", pero como dice Roberto Carlos en su canción: "que mentira más absurda". Así como la mujer es el sexo débil, también suele ser el sexo fuerte y no por la rudeza de un cuerpo musculoso, sino por la fortaleza innata que la caracteriza, aquella que es el detonante en su interior para afrontar, asumir y superar las adversidades propias de la vida misma. La mujer tiene la sagacidad y valentía de una leona a la hora de defender a sus crías, es por eso que fuimos bendecidas con la maternidad. Pero también somos vulnerables y jamás dejamos de lado a aquella niña que llevamos por dentro, aquella que adereza cada una de nuestras reacciones ya sea con engreimientos, travesuras, terquedad o de pronto una paz y tranquilidad absoluta. Esa niña que nos hace femeninas, alegres, sentimentales, románticas, lloronas, susceptibles, renegonas, divertidas y alborotadas... 

Toda mujer desde que nace lleva un chip de supervivencia en su interior, desde pequeñas siempre estamos acostumbradas a hacer algo, no podemos estar quietas o esperando a que las cosas lleguen a nuestras manos. Tenemos la suficiente inteligencia y capacidad de encontrar las alternativas más creativas para solucionar los problemas que se puedan presentar ya sea en el hogar, en los estudios, en el trabajo, o aquellos truquitos de belleza sin tener que llegar al cirujano, o aquella medicina casera capaz de serrucharle el piso a la consulta médica. La mujer es creativa, ingeniosa, hábil, inteligente, llena de cualidades que la hacen necesaria en la vida de un hombre en cada etapa de su vida: como hijo, hermano, esposo, padre. 

Pero así como somos un desborde de bondades y virtudes, también tenemos nuestros defectos... y vaya que son señores defectos!!!... No hay nada peor que una mujer de mal humor, es como estar frente a una locomotora sin conductor corriendo a toda velocidad. Pero qué decir de una mujer celosa... huyan y salven su vida!!!... será capaz de todo. No olvidemos mencionar a las pesimistas, aquellas que lloran un tango eterno y le ven peros a todo cuanto les rodean. También están las engreídas, aquellas que conviven eternamente con su niña interior haciéndolas presas de los más divertidos berrinches. Sin embargo no hay que evitar mencionar a las víctimas eternas, aquellas que por cosas del destino encontraron en su camino a la persona equivocada y terminaron siendo maltratadas tanto física como emocionalmente, ya sea como hija, como esposa, como madre.... a esas mujeres va mi oración y respeto, muchas de ellas ya no están vivas porque no tuvieron el coraje, valentía y fortaleza para denunciar a tiempo la tragedia que vivían. 

Así somos las mujeres, deliciosamente interesantes, cuántas veces nos ha pasado que sin explicación alguna entramos en un estado de arrebatos que tan sólo nos llevan a un conflicto interior con nosotras mismas y terminamos declarándonos la guerra?. Las mujeres somos tan complejas que casi siempre ni nosotras mismas nos entendemos. No importa la edad, la estatura o la silueta, llegamos al extremo de no sentirnos conformes ni contentas con lo que tenemos o con lo que somos. Lo más curioso es que luego de que estallamos, nos da la pataleta y hacemos rabieta, nos damos cuenta de que no valió la pena. Solemos echarle la culpa a nuestros "estados de ánimo" tan volubles en nosotras las mujeres a cualquier edad, o quizá a nuestro ciclo menstrual, a la posición de la Luna o a nuestro signo zodiacal, somos tan astutas que siempre tendremos una excusa para tratar de justificar nuestros arrebatos. 

Pero tranquilas no se asusten, recuerden el dicho: "Mujer que no jolesta es hombre", todo eso es normal, es un indicio que somos mujeres que vivimos a plenitud todo aquello que se nos presenta en la vida, sea bueno o malo. Desenfrenadas y atrevidas o limitadas y tímidas, toda mujer debe apasionarse de si misma, si no estamos conforme es porque al mirarnos en el espejo vemos que algo de la imagen reflejada no nos gusta y muchas veces no nos atrevemos a aceptarlo, pero debemos enfrentarlo y trabajar para cambiarlo, superarlo o mejorarlo. 

Como mujer me parece bonito tener una fecha especial en el año en la cual nos rindan tributo con homenajes y agasajos, pero en la realidad y como ya nos tienen acostumbrados, es tan sólo una fecha más de oportunidad de hacer comercio con la venta de todo tipo de cachibaches, de llenar restaurantes, de consumir en bares y por que no decirlo, también de arrasar con los alojamientos al paso en los hoteles. Para valorar realmente a la mujer se necesita de los 365 días del año, se requiere de mucha paciencia para entenderla, de mucho cariño para comprenderla, de mucho respeto para amarla, de mucha inteligencia para apoyarla y valorarla. Para todas aquellas mujeres que tengo el honor y privilegio de conocer, para mi mamuska bella y para mis hermanas va mi cariño, respeto y admiración!!!... durante los 365 días del año... Feliz Día Mujer!!! =D